Al orar al Señor por la mañana, crecemos espiritualmente y recibimos muchas bendiciones. Al despertar y entregarle nuestros primeros momentos, Él nos guía a diario. Al orar a Dios en el silencio de la mañana, escuchamos su voz con claridad y podemos hacer su voluntad.
En la Biblia, encontramos muchos ejemplos de personas que oraban a Dios con regularidad temprano por la mañana. El Señor Jesús es uno de ellos. Se levantaba temprano cada mañana y oraba en un lugar apartado, estableciendo una relación con Dios Padre. De esta manera, nos enseñó cómo podemos comenzar el día con Dios.
Otro ejemplo es el rey David, quien oraba al Señor y lo alababa. Comprendió la importancia de buscar la presencia de Dios al comenzar el día. En sus oraciones, vemos cuánto anhelaba a Dios.
Cuando nos entregamos a Dios por la mañana, abrimos nuestro corazón para recibir su sabiduría y guía. A través de esta oración, entregamos nuestras cargas a Dios y recibimos ayuda para ser liberados de las situaciones difíciles de nuestra vida.
A través de la oración matutina, permitimos que Dios guíe nuestras vidas. Acostumbrémonos a pasar tiempo a solas con Dios cada día. Así, podremos comprender la voluntad de Dios y complacerlo llevando a cabo su plan.
Analicemos los siguientes versículos bíblicos que hablan sobre buscar a Dios por la mañana.

“Dios, Dios mío eres túDe madrugada te buscaréMi alma tiene sed de ti, mi carne te anhelaEn tierra seca árida donde no hay aguas”
— Salmos 63:1

“Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió se fue a un lugar desierto, allí oraba”
— Marcos 1:35

“Oh Jehová, de mañana oirás mi vozDe mañana me presentaré delante de ti, esperaré”
— Salmos 5:3

“Con mi alma te he deseado en la noche, en tanto que me dure el espíritu dentro de mí, madrugaré a buscarte; porque luego que hay juicios tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia”
— Isaías 26:9

“Yo amo a los que me amanY me hallan los que temprano me buscan”
— Proverbios 8:17

“Me anticipé al alba, claméEsperé en tu palabra”
— Salmos 119:147

“Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que le busca”
— Lamentaciones 3:25

“Hazme oír por la mañana tu misericordiaPorque en ti he confiadoHazme saber el camino por donde andePorque a ti he elevado mi alma”
— Salmos 143:8
“Si tú de mañana buscares a DiosY rogares al Todopoderoso”
— Job 8:5

“Mas buscad primeramente el reino de Dios su justicia, todas estas cosas os serán añadidas”
— Mateo 6:33

“Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano”
— Isaías 55:6

“Me buscaréis me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón”
— Jeremías 29:13
“Andaré volveré a mi lugar, hasta que reconozcan su pecado busquen mi rostro. En su angustia me buscarán”
— Oseas 5:15

“Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostroTu rostro buscaré, oh Jehová”
— Salmos 27:8

“Buscad a Jehová todos los humildes de la tierra, los que pusisteis por obra su juicio; buscad justicia, buscad mansedumbre; quizá seréis guardados en el día del enojo de Jehová”
— Sofonías 2:3

“Los leoncillos necesitan, tienen hambrePero los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien”
— Salmos 34:10

“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, que es galardonador de los que le buscan”
— Hebreos 11:6

“Buscad a Jehová su poderBuscad su rostro continuamente”
— 1 Crónicas 16:11

“Buscad a Jehová su poderBuscad siempre su rostro”
— Salmos 105:4

“Pedid, se os dará; buscad, hallaréis; llamad, se os abrirá”
— Mateo 7:7

“Yo os digo: Pedid, se os dará; buscad, hallaréis; llamad, se os abrirá”
— Lucas 11:9
“Para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros”
— Hechos 17:27

“Acercaos a Dios, él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones”
— Santiago 4:8

“Reconócelo en todos tus caminosY él enderezará tus veredas”
— Proverbios 3:6

“Con todo mi corazón te he buscadoNo me dejes desviarme de tus mandamientos”
— Salmos 119:10