Compartir la Buena Nueva es parte integral de nuestras vidas. Así como fuimos salvados al recibirla, debemos compartirla con los demás. Este evangelio es un don del Señor que muestra el camino al cielo a los perdidos. Cuando hablamos de Jesucristo a otros, debemos traer esas almas al reino de Dios.
Por el evangelio, los pecadores se arrepienten y son salvos. Los discípulos de Jesús fueron llenos del Espíritu Santo y salieron con valentía a predicar la buena nueva al mundo entero. Han sufrido muchas persecuciones en la vida, pero nunca han dudado en proclamar el amor de Dios y la buena nueva al mundo. Sus audaces iniciativas nos animan a ser audaces en nuestra labor de evangelización.
Jesús mismo iba de pueblo en pueblo predicando la buena nueva. Mientras predicaba el evangelio, sanó a los enfermos, alimentó a los hambrientos y, sobre todo, dio su vida en la cruz. Comenzó esta obra con doce discípulos y ahora toda la gente del mundo ha recibido la Buena Nueva.
Al predicar la buena nueva, debemos tener fe en que Dios cambiará el corazón de las personas. Nunca podremos cambiar la mente de una persona, pero le duele el corazón escuchar la palabra de Dios o las buenas noticias. Por eso, a veces no obtenemos resultados inmediatos en esta obra, pero debemos recordar que la Palabra de Dios produce resultados donde impacta.
Haremos todo lo posible por promover la evangelización. Esta será la obra más grande que Dios nos ha llamado a hacer en la tierra.
Analicemos los pasajes bíblicos a continuación que hablan sobre compartir la Buena Nueva.
“Por tanto, id, haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo”
— Mateo 28:19
“Les dijo: Id por todo el mundo predicad el evangelio a toda criatura”
— Marcos 16:15
“Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, hasta lo último de la tierra”
— Hechos 1:8
“Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, también al griego”
— Romanos 1:16
“Sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros”
— 1 Pedro 3:15
“Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder”
— Mateo 5:14
“Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”
— Mateo 5:16
“Que prediques la palabra; que instes a tiempo fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia doctrina”
— 2 Timoteo 4:2
“Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno”
— Colosenses 4:6
“Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; ¡ay de mí si no anunciare el evangelio”
— 1 Corintios 9:16
“¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿cómo oirán sin haber quien les predique?”
— Romanos 10:14
“¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sion: Tu Dios reina”
— Isaías 52:7
“Pero él les dijo: Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto he sido enviado”
— Lucas 4:43
“Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío”
— Juan 20:21
“Porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto oído”
— Hechos 4:20
“Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio”
— Hechos 8:4
“Porque así nos ha mandado el Señor, diciendoTe he puesto para luz de los gentilesA fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra”
— Hechos 13:47
“Porque partiendo de vosotros ha sido divulgada la palabra del Señor, no solo en Macedonia Acaya, sino que también en todo lugar vuestra fe en Dios se ha extendido, de modo que nosotros no tenemos necesidad de hablar nada”
— 1 Tesalonicenses 1:8
“Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido, han redundado más bien para el progreso del evangelio”
— Filipenses 1:12
“De esta manera me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno”
— Romanos 15:20
“Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios”
— 2 Corintios 5:20
“Por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio”
— Efesios 6:19
“Para esto yo fui constituido predicador apóstol (digo verdad en Cristo, no miento), maestro de los gentiles en fe verdad”
— 1 Timoteo 2:7
“Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios”
— 2 Timoteo 1:8
“Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres”
— Tito 2:11
“Lo que os digo en tinieblas, decidlo en la luz; lo que oís al oído, proclamadlo desde las azoteas”
— Mateo 10:27
“Los envió a predicar el reino de Dios, a sanar a los enfermos”
— Lucas 9:2
“Que se predicase en su nombre el arrepentimiento el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén”
— Lucas 24:47
“Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo”
— Juan 17:18
“Nos mandó que predicásemos al pueblo, testificásemos que él es el que Dios ha puesto por Juez de vivos muertos”
— Hechos 10:42
“Allí predicaban el evangelio”
— Hechos 14:7
“Entonces el Señor dijo a Pablo en visión de noche: No temas, sino habla, no calles”
— Hechos 18:9
“Para ser ministro de Jesucristo a los gentiles, ministrando el evangelio de Dios, para que los gentiles le sean ofrenda agradable, santificada por el Espíritu Santo”
— Romanos 15:16
“Revelar a su Hijo en mí, para que yo le predicase entre los gentiles, no consulté en seguida con carne sangre”
— Gálatas 1:16
“A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo”
— Efesios 3:8
“¿Qué, pues? Que no obstante, de todas maneras, o por pretexto o por verdad, Cristo es anunciado; en esto me gozo, me gozaré aún”
— Filipenses 1:18
“A quien anunciamos, amonestando a todo hombre, enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre”
— Colosenses 1:28
“Sino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio, así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones”
— 1 Tesalonicenses 2:4
“Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros”
— 2 Timoteo 2:2
“De hacer bien de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios”
— Hebreos 13:16
“A estos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles”
— 1 Pedro 1:12
“Nosotros hemos visto testificamos que el Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo”
— 1 Juan 4:14
“Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua pueblo”
— Apocalipsis 14:6