De la Palabra de Dios podemos aprender profundamente sobre la eternidad del infierno. La Biblia nos da suficiente conocimiento sobre su realidad. El Señor Jesús también nos enseñó sobre ella a través de muchas parábolas. Hoy abordaremos este tema en detalle.
El infierno es un lugar eterno separado de Dios. Aunque a muchos no nos gusta pensar en este tema, es necesario reconocer su existencia. El Señor Jesús enseñó sobre el infierno muchas veces y también nos explicó cómo es. Dijo que el infierno es un lugar donde hay tormento sin fin y habrá llanto y crujir de dientes.
El infierno es un lugar eterno donde los ángeles injustos y caídos vivirán para siempre. Quienes no aceptan al Señor Jesús en esta tierra y no se identifican con su sangre arderán en el infierno para siempre. Otra característica del infierno es que el fuego nunca se extingue y siempre habrá un gusano que morderá a la gente.
Si no podemos entrar al cielo, nuestro destino será el infierno, donde tendremos que permanecer para siempre. No vivamos en ese infierno para siempre, pues el Señor Jesús vino a la tierra para mostrarnos el camino al reino de los cielos. Así que seamos cuidadosos y sigamos el camino que Dios nos ha mostrado.
De la historia del hombre rico y el mendigo Lázaro, entendemos claramente que el infierno es un lugar doloroso y eterno. El infierno no es una morada temporal. Cuando desobedecemos la palabra de Dios, nuestro destino será ese infierno eterno.
Queridos amigos, veamos ahora los siguientes pasajes bíblicos donde se habla de que el infierno es eterno.
“Irán estos al castigo eterno, los justos a la vida eterna”
— Mateo 25:46
“Si tu mano te fuere ocasión de caer, córtala; mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado”
— Marcos 9:43
“Donde el gusano de ellos no muere, el fuego nunca se apaga”
— Marcos 9:48
“El humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre”
— Apocalipsis 14:11
“El diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego azufre, donde estaban la bestia el falso profeta; serán atormentados día noche por los siglos de los siglos”
— Apocalipsis 20:10
“Los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor de la gloria de su poder”
— 2 Tesalonicenses 1:9
“Por tanto, si tu mano o tu pie te es ocasión de caer, córtalo échalo de ti; mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que teniendo dos manos o dos pies ser echado en el fuego eterno”
— Mateo 18:8
“Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo sus ángeles”
— Mateo 25:41
“Donde el gusano de ellos no muere, el fuego nunca se apaga”
— Marcos 9:44
“Si tu pie te fuere ocasión de caer, córtalo; mejor te es entrar a la vida cojo, que teniendo dos pies ser echado en el infierno, al fuego que no puede ser apagado”
— Marcos 9:45
“En el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, vio de lejos a Abraham, a Lázaro en su seno”
— Lucas 16:23
“Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama”
— Lucas 16:24
“Como Sodoma Gomorra las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquellos, habiendo fornicado ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno”
— Judas 1:7
“Fieras ondas del mar, que espuman su propia vergüenza; estrellas errantes, para las cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas”
— Judas 1:13
“La bestia fue apresada, con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre”
— Apocalipsis 19:20
“Pero los cobardes incrédulos, los abominables homicidas, los fornicarios hechiceros, los idólatras todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego azufre, que es la muerte segunda”
— Apocalipsis 21:8
“Los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro el crujir de dientes”
— Mateo 13:42
“Los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro el crujir de dientes”
— Mateo 13:50
“Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, otros para vergüenza confusión perpetua”
— Daniel 12:2
“Saldrán, verán los cadáveres de los hombres que se rebelaron contra mí; porque su gusano nunca morirá, ni su fuego se apagará, serán abominables a todo hombre”
— Isaías 66:24
“Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio”
— 2 Pedro 2:4
“De la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos del juicio eterno”
— Hebreos 6:2
“La muerte el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda”
— Apocalipsis 20:14
“El que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego”
— Apocalipsis 20:15
“Los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación”
— Juan 5:29
“Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego”
— Mateo 5:22
“Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, no que todo tu cuerpo sea echado al infierno”
— Mateo 5:29
“Si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, no que todo tu cuerpo sea echado al infierno”
— Mateo 5:30
“No temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma el cuerpo en el infierno”
— Mateo 10:28
“¡Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo escaparéis de la condenación del infierno?”
— Mateo 23:33